viernes, 28 de junio de 2013

Anunciadores o Avisadores de visitas para comercios y negocios



Cuando le dije a mi amigo Diego que había puesto un anunciador de visitas en mi relojería, pensó que estaba creciendo mi negocio y había contratado a un mozo de portero para recibir a todos los clientes que entraran en mi tienda.
 
No pude menos que soltar una carcajada y mi pobre amigo se me quedó mirando como diciendo… ¡ Mariano ha salido loco ¡

Lo invité a tomar café en mi pequeño comercio a eso de las cuatro de la tarde, media hora antes de la hora habitual que abro, y lo esperé en el pequeño despacho que tengo en la trastienda donde mi padre arreglaba los relojes de pared, y que yo había reconvertido en un lugar cómodo donde repasaba algún arreglo cuando no había clientes en la tienda.

Nada mas entrar mi amigo por la puerta cuando yo ya estaba levantándome para llegar al mostrador justo al tiempo que él.
- ¡ Caramba ¡ -soltó Diego-, ¿me has visto llegar?
- Anda ven, que te presente a mi anunciador de visitas. –le contesté-

Lo llevé justo a la puerta de entrada, y allí lo hice salir invitándole a que pasara de nuevo quedándome yo dentro de la tienda. Diego obedeció pensando que se trataba de una broma, pero accedió a mi propuesta de que volviera a entrar ignorando la sorpresa que le esperaba.

Nada mas cruzar la línea de la puerta, un Ding–Dong sonó como si llamaran al timbre de una casa, pero sin que nadie tocara ningún pulsador.
- Te presento el avisador de visitas para negocios Electro DH 50.618, mi anunciador de visitas –le dije, mientras miraba sorprendido al aparato-
- Esto si es una sorpresa, que maravilla, con razón saliste del despacho cuando entré… esto si que es un buen invento... 

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